Sobre el techo de una iglesia de Zaitún (que conmemora el paso por donde la sagrada familia huía de Herodes), muy cerca del Cairo en Egipto, el 2 de abril de 1968, comenzó a ocurrir un fenómeno óptico, presenciado por miles de personas: apareció suspendida por varias noches la imagen de la Virgen María.
La policía local rastreo por lo menos 15 millas a la redonda, para asegurarse de que no se trataba de una broma sofisticada, que proyectara la imagen de alguna forma.
Las apariciones duraban desde pocos minutos hasta horas, la figura además, cuentan las crónicas de la época, no era estática, se movía. Otras veces volaban alrededor de ella reflejos en forma de palomas.
El fenómeno fue visto incluso por el presidente de Egipto Abdul Nasser. Las conclusiones no dieron como verídicas esté hecho, ni por parte de la Iglesia Católica encargada de verificar esto, ni por las autoridades locales, ni por los fotografos profesionales, ni por los científicos. Todo se quedó en lo inexplicable.
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